El puntillismo consiste en cubrir el lienzo con pequeños trazos o puntos más o menos cercanos pero sin superposición de manera que vistos a cierta distancia se cohesionan creando efectos y tonalidades de luz y sombra.
A continuación podemos ver numerosos ejemplos de la técnica del puntillismo con técnicas pictóricas y escolares:
Es aconsejable cuando se hace a rotulador una obra hacerlo con rotuladores de punta ancha, ya que si tomamos rotuladores de punta fina o bolígrafo o lápices de colores, hacer un trabajo puede ser demasiado laborioso por la enorme cantidad de puntos que tenemos que hacer.
Los tonos complementarios como el violeta y el amarillo propician una obra llamativa.
La profundidad se consigue en la obra al hacer los tonos de las flores en primer plano más vivos y por supuesto de mayor tamaño que los del fondo debido a la perspectiva.
La riqueza de color propicia interés en este tipo de técnica.
Una de las cuestiones que crea efectos de volumen y profundidad en la obra de arte es hacer altos contrastes en los distintos elementos del dibujo.
Los tonos correspondientes a la lejanía deben tender hacia el tono gris, de la misma forma en los contornos de este último plano la definición de las formas es difusa por efectos de la bruma atmosférica.
En un primer plano siempre debe haber más contraste y definición en los elementos, tal y como ocurre en las hojas del árbol respecto al fondo.
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